jueves, 18 de julio de 2013

Quiero escribirte

Pero tengo miedo, que se me vuelva un vicio, ya me ha pasado antes...
creo que ya es tarde.
Por otro lado esta el miedo de dejar pasar, no sentir y no caer en esas dulces adicciones que tanto adoro.
Me arriesgo.

Como una estrella fugaz

También aprendí que las cosas más bellas y perfectas no están hechas para durar, sólo para resplandecer fugazmente.
Y yo cumplí todos mis deseos.

Recapitulando

Aprendí a descubrir pistas, leer entre líneas de canciones y diálogos de películas, a buscar señales sutiles, a sentir el corazón detenerse en el vacío entre cada palabra.
Aprendí a ser feliz con cualquier cosa estúpida, porque lo más poco de ti significaba todo en mi vida, y porque sólo eso me dabas, pequeñas cosas imperceptibles, que sólo yo y vos notábamos, porque así tenía que ser, a escondidas.
Aprendí a no usar maquillaje y a permitirle a la lluvia empapar mi cabello, a ver la belleza de lo cotidiano, de mis viajes en autobuses y el paisaje cuando cruzaba la ciudad, aprendí a ver lo que nadie más veía, y sé que sólo yo podía, porque sólo yo sentía esto.
Aprendí a esperar pacientemente y dejar de esperar. Aprendí a sólo dar y dar y dar y dar todo de mí, y sí, a veces seguía esperándote.
Aprendí que podíamos ver tantas cintas juntos y compartir tantos momentos sin estar siquiera cerca, y, sabes, siento como si todo lo hubiese vivido de tu mano. 
Aprendí a sentirte en el aire tibio, en el viento que enredaba mi cabello, como tus manos cuando lo sostenían firmemente, te sentía en el frío que entraba por mi ventana y en la calidez de mi cama.
Aprendí a verte en las luces de la ciudad, en los cielos llenos de estrellas, también en los nublados, en los días en los que el sol aparchonaba de luz el pasto sobre el que me tiraba a pensar en ti, en las gotas de lluvia brillando como hilos de plata en una tarde gris.
Aprendí a sentir tus caricias cuando la música me erizaba la piel, a verte en todos los lugares en todas las personas, siempre esperaba que fuera tu rostro.
Aprendí de memoria todas las letras que me recordaban algo tuyo, y los diálogos de las películas también.

Aprendí a verte en mí, a llevarte por dentro, recorriéndome constantemente por todo el cuerpo.

So this is goodbye

Pasaron muchas noches que no dormí, porque hablábamos o porque no hablábamos y eso, sabes, me ponía mal, nos compré un sake que no tomaste, hice tantos escritos y este, te conocí un diciembre, mi mes favorito.
El viaje en tren que siempre quise contigo y nunca pasó, los viajes en autobús y las caminatas bajo la lluvia, la noche bajo un paraguas un 12 de septiembre, el día que estrené mi vestido salmón.
A veces almorzábamos juntos, todas las canciones me hacían pensar en ti.
Todas las películas que quise ver contigo y nunca pasó, todas las noches que esperé en vano fumando fuera de mi ventana y no llegaste.
Un día tus ojos se tornaron dos gotas de miel y yo desee que jamás amaneciera, el resto de los días eran verdes y me recordaban a los altos cipreses, el aire tenía tu aroma y estaba cargado de escarcha dorada, yo mentí para conocerte, todos los meses eran diciembre, fuimos por un helado y la heladería estaba cerrada, pensé en ti aquella noche que se lleno de obscuridad, te dije "te amo" y me pediste que no lo hiciera más, hice un blog para ti, me preguntaste si me gustabas y yo no supe que decir, y yo escuchaba canciones que me hacían pensar en ti, te hice tantos escritos y este, te regalé una camisa verde para tu cumpleaños, tú me regalaste una canción que ame desde el primer instante en que la escuché.
Todas esa veces acostados en el pasto, todas las veces que la pólvora cubrió de colores el cielo y pensé que te gustaba, todos los correos que te mandé y trataba que fueran diariamente.
A veces me acostaba en el asiento trasero del auto para ver las luces pasar, siempre estabas en mis sueños, me dijiste que soñaste un par de veces conmigo y mi corazón se detuvo por un instante, no te gustaba el sabor a tabaco y aun así me besaste, me dijiste que no tenías cosquillas, una vez me acurruque en tu regazo y cuando te marchabas quise besarte, pero no me atreví, y una noche me molesté contigo, no recuerdo porqué, y no me despedí para luego arrepentirme y sentirme como una idiota.
El día que comimos sushi, todas las cosas que siempre quise decirte y callé, todas las noches que te pedí que habláramos y al final nunca dije nada.
Fuimos a un bar y me presentaste una amiga y un día fuimos a su apartamento, no te gustaba que usara falda corta, aprendí a usar autobuses y llegar a lugares que no conocía, una vez me tomaste de la mano y eso me hizo feliz por toda la semana,  me tomé mil fotos para ti y aun faltaban más, pero dejé de hacerlo, me hice la primer letra de tu nombre en mi costado y un corazón, te puse un nombre que te iba más que el verdadero, los colores eran más intensos y descubrí emociones que no creí que existieran,  los días eran grises a veces y te odiaba por que te amaba tanto, yo esperaba en secreto que un día me amaras.
Y un día decidí olvidarte, y aun así me gustaba escuchar canciones que me hacían pensar en ti, y dejé de escribir, y la vida tomó un rumbo distinto y olvidé lo que se sentía estar viva, me olvidé todo lo que me habías enseñado y lo que se sentía morirme por estar al lado de alguien, y deje de saber como sentía que el corazón se me detuviese por un instante,  aun así seguía escuchando canciones que me hacían pensar en ti y buscaba revivirte en otras personas, y no volví a escribir.
Y un día todo volvió, todas las veces que dije "para siempre" fueron verdad, y todo y a todos les comparaba contigo, y siempre ganabas tú, siempre fuiste tú, y a veces me visitabas en las noches, yo pasaba huyendo, y otra noche tus ojos se volvieron miel de nuevo y quise besarte, pero pensé que en realidad no quería.
Siempre estuviste para mí, siempre sólo tú.
Y empecé a escuchar canciones que me hacían pensar en ti y volví a escribir, te hice tantos escritos y este.